Publicado en julio 9, 2018 en La Info por José Hernández
Preocupación, incertidumbre, frustración y tristeza: Ecuador vive una depresión social, según anota Cedatos en la encuesta realizada del 20 al 30 de junio pasado.
Más que la evaluación de la gestión del Presidente o el Consejo de Participación Ciudadana, lo que resalta en este sondeo es el aumento prácticamente ininterrumpido del número de ciudadanos pesimistas en el país. De 44% en mayo de 2017 pasó al 70% en mayo de este año. Paralelamente, ha disminuido el optimismo, la esperanza y el entusiasmo que estaban en 52% cuando Lenín Moreno se posesionó. Un año después, solo suman 24%. Hay por supuesto indiferentes y personas que no saben o no responden. Lo cual incide poco en esta foto del estado de ánimo de los ecuatorianos que muestra que 7 de 10 se dicen frustrados, inciertos, preocupados o tristes ante el futuro. Las expectativas son, igualmente, preocupantes: aquellos que consideran que la situación va a empeorar encabezan el pelotón (34%) sobre los que consideran que todo va a mejorar (31%).
¿Qué inquieta a los ciudadanos? Cedatos hizo la pregunta. Tres problemas suman 68,5% del total de las preocupaciones de los sondeados. La carestía de vida, la pobreza y la deuda pública (27,5%), el desempleo/subempleo (26%) y la corrupción (15%). Los tres tienen que ver con la herencia que dejó el gobierno de Rafael Correa y sobre la cual los ciudadanos no ven, al parecer, acciones contundentes.
La situación política o el manejo del gobierno no preocupan a los ciudadanos (solo lo es para 4,6% de los sondeados). Dicho de otra manera, el estado de ánimo negativo que registra Cedatos podría tener que ver con dos hechos: por un lado, la decepción que provoca la verdad sobre la gestión real del correísmo y la estela de corrupción que se descubre y, por otro, el alto nivel de expectativas que tiene la ciudadanía en el campo económico y en las cuales el gobierno no ha generado los quiebres esperados. O necesarios. Los porcentajes que registra este sondeo prueban que la agenda ciudadana está centrada en sus problemas básicos y que si el Presidente pensó generar un golpe de timón con el nombramiento de Richard Martínez, el país aún no lo percibe.
Lenín Moreno está en stand by con la opinión. El nivel de aprobación de su gestión no varía desde el trimestre pasado, cuando pasó de 69% a 45,5%. Prueba irrefutable de que la ciudadanía esperaba cambios profundos tras la consulta popular de enero y se sintió decepcionada por el continuismo sobre todo en el campo económico (María Elsa Viteri) y en política internacional (María Fernanda Espinosa). La confianza en su palabra no se repone y se mantiene en un 42%. Pero el porcentaje de los que no le creen aumenta: pasó en un mes de 51,3% a 53,8%.
Este sondeo trae una buena noticia: la transición hacia la reinstitucionalización del país sigue gozando de buena salud. El porcentaje de ciudadanos que se dicen satisfechos con la gestión del Consejo de Participación transitoria suma 73% en el país. Es un apoyo uniforme en Guayaquil, Quito y la Amazonía. El número de insatisfechos ha disminuido de 19 a 16%. Se consultó si estaban de acuerdo con que la institución presidida por Julio César Trujillo hubiera cesado a Gustavo Jalkh y demás miembros del Consejo de la Judicatura. 65% dijeron que sí en el ámbito nacional, aunque las cifras difieren bastante: 60% en Quito; 72% en la Amazonía.
Nubia Villacis, presidenta del CNE, no será feliz leyendo esta encuesta. 83% de los sondeados están de acuerdo con que su institución sea evaluado por el Consejo de Participación Transitorio. De nuevo las percepciones son uniformes en Guayaquil (81.5%), Quito (83%), y Amazonía (85%).
En claro, el país anda deprimido, Lenín Moreno sigue en stand by y Julio César Trujillo y sus amigos gozan de buena salud política.