La igualdad de género es un trabajo que debe priorizarse no solo en el Estado sino desde las empresas.
Nancy Córdova Leguísamo · 18 de marzo del 2022
La mujer en el mundo está muy lejos de alcanzar la igualdad de género, así como en Latinoamérica, en Ecuador y en su capital Quito. Estudios mundiales —como el de WIN Cedatos— describen que si bien un 60% de los ciudadanos consideran que se ha logrado “totalmente o de alguna forma” igualdad en el trabajo, un 70% de igualdad en el hogar; y 50% en el ámbito político, aún está por debajo de lo que se puede denominar igualdad.
En 2021, desarrollé estudios cualitativos con mujeres ecuatorianas en los que analicé a profundidad su realidad. Muchas mencionaron que no hay oportunidades equitativas en el Ecuador para el acceso a trabajo y estudios, y resaltaron que las ciudades en el Ecuador no están alineadas a la protección de niñas, jóvenes y adolescentes, quienes viven a diario violencia y acoso en sitios públicos como privados.
A pesar de su inequitativa y desigual condición económica, por la brecha de empleo que alcanza el 68%, son las mujeres el motor del emprendimiento y el músculo que requiere el país y el mundo para salir adelante.
Urgen políticas y acciones que alcancen cambios permanentes en favor de la mujer ya que para algunos sí existe igualdad en el país. En el ámbito político, en ciudades y provincias donde existen lideresas locales y provinciales (alcaldesas y perfectas), la población percibe “igualdad”. Sin embargo, sabemos que esta no es la realidad, pues las mujeres apenas representan el 8% en las alcaldías: 18 electas, y 17% en las prefecturas — solo 4 electas.
Aquí mencionaré cómo, en diferentes áreas, las mujeres estamos lejos de tener igualdad.
Empleo
La situación laboral de Ecuador y de toda la región empeoró con la pandemia del covid-1: 49 millones de trabajos perdidos en Latinoamérica. Y son precisamente las mujeres quienes más afectadas están sin capacidad de recuperar su trabajo en el corto tiempo, según la OIT y el BID.
Sin embargo, en esta situación poco alentadora en materia de empleo y economía, 2 de cada 10 hogares quiteños iniciaron un emprendimiento en medio de la pandemia, y el 65% de ellos fueron liderados por mujeres. El 80,5% de estos emprendimientos siguen funcionando, según datos de la iniciativa Quito Cómo Vamos.
Apoyar este tipo de emprendimientos e impulsar el empleo de las mujeres son parte de la estrategia que requiere Quito y el país para su reactivación económica. El desempleo en las mujeres en Quito alcanzó los niveles más altos en la pandemia: un 13,3% en 2021. A nivel nacional, en enero de 2022, el nivel de desempleo de la mujer era del 6.7%, una cifra mucho mayor que el índice de los hombres, que es del 4.5%. Más específicamente, Quito está entre las cuatro ciudades más grandes del país, y tiene un mayor índice de desempleo: 9.9%.
La presencia y representación femenina en la fuerza laboral en el Ecuador es imprescindible para el avance económico del país. Estudios, como uno realizado en 2018 por Mckinsey & C0, demuestran cómo empresas obtuvieron resultados positivos en su rendimiento de capitales (44%) y nivel de ganancias (47%) al tener mujeres en su fuerza laboral. Esta es una oportunidad para enfrentar la crisis económica actual, en la que debería existir un real compromisos a nivel estatal, empresarial y con la población para empoderar a la mujer y garantizar sus derechos.
El impacto económico de no trabajar con una agenda enfocada en disminuir la brecha salarial y de género, según la Cámara de Industrias y Producción, supera los 1800 millones de dólares de pérdida.
Pobreza
Erradicar la pobreza es una labor prioritaria de los países a nivel mundial, más aún en un escenario de pandemia. La pobreza es determinante en la evaluación de un escenario de calidad de vida de una ciudad, de un país y su sociedad.
El Informe de calidad de vida de la iniciativa Quito como Vamos —con datos del Ministerio de Inclusión Económica y Social de 2020— revela un preocupante dato sobre las consecuencias del desempleo, la pandemia y la migración hacia las grandes ciudades: la mendicidad en Quito subió un 300%, y son las mujeres las quienes están en una mayor situación de vulnerabilidad en conjunto con niñas, niños y adolescentes.
Cabe destacar que en Quito no existe información que permita caracterizar la situación de pobreza de forma desagregada a nivel demográfico y geográfico. Es entonces urgente una acción efectiva para promover políticas públicas acordes a esta urgente realidad, contar con información y datos de la realidad de sus ciudades.
Para los quiteños, la poca o nada acción efectiva, y la falta de planificación municipal para mitigar sus problemas, han causado inconvenientes en su día a día afectando así la percepción ciudadana respecto de calidad de vida en Quito. En el estudio de 2021 sobre percepción, los quiteños consultados mencionaron que los problemas que más afectan la calidad de vida en Quito son: la inseguridad ciudadana (24.4%), la pandemia y sus consecuencias (15.3%), la corrupción de los funcionarios públicos (13.8%), el transporte público (11.7%), la pobreza y el desempleo (11.6%), la falta de limpieza de la ciudad y acumulación de basura (4.8%).
La calidad de vida de las mujeres se vio particularmente afectada en la pandemia. En la misma encuesta de percepción ciudadana, el 41% de las mujeres quiteñas consultadas indicaron que no pudieron mantener su trabajo versus el 31% de los hombres. Así mismo un 17.4% de mujeres mencionaron que ya se encontraban desempleadas previamente a la pandemia, y que su trabajo en el hogar era una labor no remunerada. El aporte del trabajo no remunerado de las mujeres, quienes dedican 31 horas semanales de trabajo a las labores del hogar, en comparación a las 11,3 horas que dedican los hombres, equivalen a 15.1 mil millones de dólares de aporte de la mujer por el que no reciben pago, según cifras oficiales.
Violencia
Según la encuesta de WIN Cedatos, Las mujeres de Ecuador denuncian un fuerte aumento en los niveles de violencia y acoso: pasó del 14 al 24% entre 2020 y 2021. En el país, cada 72 horas una mujer, niña o adolescente es víctima de femicidio, según estudios y cifras oficiales. El acoso y violencia sexual a mujeres, niñas y adolescentes no sólo sucede en los espacios públicos como calles y transporte público, sino en sus propios hogares, barrios y sitios de trabajo. Por la desconfianza en el sistema de justicia, el 76,8% de las mujeres víctimas de este tipo de delitos, en Quito, no lo denuncian a las autoridades.
De las mujeres consultadas en el estudio de percepción de QCV, el 67,9% de las mujeres respondió que no se sienten seguras en Quito, en particular en parques, plazas y calles de la ciudad. Aquellas mujeres que han experimentado acoso sexual, mencionan que esto sucedió particularmente en la vía pública (45,9%), en parque (18,6%), en el transporte público (15,1%); seguido de su casa (9%), y en su trabajo (5.6%) y casa (5.6%).
Es urgente que tanto a nivel país como ciudad, se trabaje en medidas prácticas y concretas, apoyadas en leyes que permitan tanto la equidad de género, creación de oportunidades laborales y educativas para la mujer, priorizando la erradicación de la violencia a través de mecanismos de prevención y reparación.
De igual manera se requiere de un sistema estatal que en coordinación con el sector empresarial tengan una visión y perspectiva de género tanto en sus decisiones para la consecución de políticas públicas que se proyecten en acciones efectivas que garanticen derechos y oportunidades equitativas a nivel laboral, educativo y de justicia. Y así reconocer de manera integral el aporte económico de todas las formas de trabajo (actividades remuneradas y no remuneradas) que realiza la mujer empoderada, en beneficio del país y de una sociedad más equitativa.