Las deudas preocupan más a los ecuatorianos El nivel de endeudamiento es una preocupación latente en los hogares ecuatorianos. Este tema está ligado a la actual situación económica del país, dice Polibio Córdova, presidente de la firma Cedatos.
Según una encuesta de agosto pasado, realizada por esta firma en 23 provincias, el 77% de ecuatorianos dijo que este año registró un aumento de sus deudas o tiene préstamos por pagar. Solo un 16% señaló que sus valores por pagar disminuyeron y el resto no respondió. El sondeo de opinión se efectuó a 2 122 hogares en el país.
Para Córdova, es notorio que las familias ecuatorianas siguen endeudadas y eso se debe a que las necesidades básicas como salud o educación se cubren hoy con crédito, usualmente a través de cooperativas y tarjetas de crédito.
Cristina Coral (nombre protegido), una docente de bachillerato en un colegio fiscal en Ibarra, de 57 años de edad, recibe un sueldo neto de USD 817 en su libreta de ahorros cada mes, pero tiene una deuda global de USD 6 500.
Cada mes le descuentan USD 300 de dos préstamos quirografarios del Biess. Financia la universidad de una de sus hijas, ropa e incluso préstamos con su tarjeta de crédito. Estos últimos rubros le representa unos USD 350 cada mes.
Es decir, que el 76% de su sueldo está comprometido para cancelar deudas. Coral sostiene por sí sola a su familia.
El catedrático de la Universidad Central del Ecuador, Patricio Almeida, explica que en promedio, una familia debe destinar máximo el 40% de sus ingresos para deudas; el resto, para otros gastos. Para casos como los de Coral, que registra sobreendeudamiento, Almeida recomienda limitar los gastos de consumo en ropa, bienes o comidas fuera de casa.
Estas medidas permiten ahorrar hasta un 20% de dinero, monto que puede utilizarse para pagar deudas. Otra opción es refinanciar los préstamos de acuerdo a la capacidad de pago.
Según datos de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, el índice de morosidad en la cartera de créditos de consumo de la banca privada subió de 5,56% en agosto del 2014 a 7,55% en igual mes de este año.
El analista económico Andrés Vergara atribuye esto a un deterioro del empleo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), el empleo adecuado bajó del 48,8% al 45,9% entre junio del 2014 y junio del 2015. En cambio, el empleo inadecuado, es decir, personas que ganan menos del salario mínimo (USD 354) y laboran menos de 40 horas semanales, subió del 46,2 al 49,07% en ese mismo período.
La inquietud por los temas económicos es más latente en el nivel socioeconómico alto, con mayor peso que la inseguridad, explica Paulina Recalde, gerenta de Perfiles de Opinión.
Para enfrentar este escenario, la mejor opción es contar con un fondo de ahorro de emergencia. Patricia Calle, coordinadora de Educación Financiera de Mutualista Pichincha, explica que este mecanismo permite contar con un dinero disponible para cubrir los gastos que generan imprevistos, de manera que no se afecten las finanzas personales o el presupuesto familiar.
Sugiere destinar, al menos, un 10% de los ingresos mensuales para el fondo de ahorro, una vez que la familia ha reducido su nivel de endeudamiento.
En la banca existen varias opciones para mantener este tipo de fondos, como cuentas de ahorro programado o pólizas, anota el programa Cuida tu Futuro del Banco Solidario. También es importante -dice- llevar registros de los consumos diarios para identificar gastos superfluos. Según este programa, comer fuera de casa muy seguido suele llevarse buena parte del salario, por lo que sugiere presupuestar anticipadamente este gasto.