La percepción es negativa. Aunque la diferencia es pequeña, la mayor parte de los ciudadanos cree que el país va por mal camino. Ellos representan el 45 % de la población, frente al 44 % que opina lo contrario.
A pesar de eso, los ecuatorianos son optimistas. Todavía es mayor el porcentaje que ve con esperanza el futuro. El 35 % cree que la situación mejorará, el 33 % cree que empeorará y hay un 23 % que dice que las cosas seguirán igual.
Lo refleja la última encuesta de la empresa Cedatos. Ellos entrevistaron a 2.122 hogares de 13 provincias.
El problema es que el ánimo de la gente va en caída desde enero de 2015.
¿Qué le preocupa a la mayoría? La respuesta es sencilla: la situación económica.
El 55 % de la población acusa al desempleo, la pobreza, los impuestos, el endeudamiento público, el costo de la vida o el mal manejo de la economía como sus principales motivos de insatisfacción. A eso se suma la inseguridad y la delincuencia.
Según Polibio Córdova, presidente ejecutivo de la empresa, ese malestar ciudadano tiene sustento en las mismas cifras oficiales.
Él recordó que hay un incremento en los niveles de empleo inadecuado, desempleo y subempleo. Desde septiembre del año anterior, 47.075 personas se sumaron a las filas del desempleo, y 228.283 más están en el subempleo.
El panorama se complica si se considera que el 93 % tiene alguna deuda pendiente de pago. El 49 % dice que su nivel de endeudamiento subió con relación a 2014.
Aunque sin exponer cifras exactas, Córdova explicó que buena parte de esas acreencias se contrataron para cubrir gastos de educación y salud; para el consumo diario, sobre todo con tarjeta de crédito, y para el equipamiento del hogar. También para la compra de bienes inmuebles y vehículos.
El escenario general, sin embargo, no llega a ser tan negativo como en junio –que coincidió con las protestas en las calles–, cuando el pesimismo alcanzó los niveles más altos registrados en el año.
Junio, precisamente, marcó un punto de inflexión en la opinión pública. Ese mes bajó la aprobación de la gestión y de la actitud del presidente de la República, así como su credibilidad. También descendió el optimismo de los ecuatorianos.
Esos indicadores, sin embargo, se han recuperado algunos puntos (ver gráfico).
Córdova dice que las manifestaciones –a favor y en contra del Gobierno– no fueron lo suficientemente fuertes como para mantenerse. Él cree que la población en general apoya las protestas aunque no la forma en que se hicieron.
Estado
Quejas por el servicio público
El 6 % de la población tiene una queja específica por la atención de salud y educación. La gente –dice Polibio Córdova, de Cedatos– destaca como positiva la inversión en infraestructura física; pero todavía reclama, por ejemplo, por la excesiva demora para conseguir citas médicas.
Esa es otra de las causas del pesimismo de los ecuatorianos.
Ivonne Gaibor Flor
gaibori@granasa.com.ec – Quito